Como la Iglesia entera, la Congregación de la Misión mantiene hoy las puertas cerradas de sus templos, pero sus obras siguen funcionando porque la comunidad está más viva que nunca. Hay muchas familias y personas que dependen de nosotros.

El trabajo misionero de la Congregación se extiende a diferentes puntos de Argentina, Paraguay y Uruguay donde las necesidades espirituales y materiales requieren atención, servicio y evangelización.

 

Todos somos Iglesia Viva y estamos llamados a construir la Comunidad.

 

Tu ayuda puede ser la esperanza que necesitan aquellos que la han perdido o están a medio camino de perderla.

 

Necesitamos de vos: ayudanos.